Nada es verdad, todo está permitido. El día que Kurt Cobain conoció a William Burroughs

La leyenda cuenta que «Nada es verdad, todo está permitido» fueron las últimas palabras que pronunció antes morir Hassan-i Sabbah, mítico líder de la antigua y oscura secta de Los Asesinos. William Burroughs, obsesionado con éste, aseguró que la frase era una contraseña mágica: «Se dice que un iniciado que desee conocer la respuesta a cualquier pregunta -a?rmó en una de sus obras- sólo necesita repetir estas palabras cuando se duerme y la respuesta llegará en un sueño». A comienzos de los años noventa, el escritor seguía considerando a Sabbah como uno de sus mentores. Su escandalosa vida y la radicalidad de toda su obra lo habían convertido en un símbolo para rebeldes y anarquistas, llegando a ser uno de los precursores ideológicos del movimiento punk. Entonces, el mundo se rendía ante Nirvana, considerada la última gran banda de rock and roll y Kurt Cobain, su cantante, el profeta de una nueva generación. Tras la muerte del cantante, ocultas entre cientos de páginas y cuadernos manuscritos, aparecieron cuatro hermosas fotografías en las que se le veía paseando en compañía de Burroughs. Cada una de las fotografías, hasta entonces desconocidas, contaban su propia historia. También encerraban un misterio. Habían sido tomadas en octubre de 1993, cuando Cobain cumplió su gran sueño: visitar a Burroughs, su mayor héroe y una de sus más importantes in?uencias.

Autor: Rocha, Servando

Precio: $114,000